• Entusiasmo y energía: compromiso diario y trato cercano con cada caballo.
• Responsabilidad y puntualidad: respeto por el tiempo del cliente y por la planificación.
• Aprendizaje continuo: actualización en técnicas, materiales y prácticas de bienestar.
• Manejo respetuoso: trabajo con calma para minimizar el estrés del animal.
• Profesionalidad en el taller: higiene, seguridad y mantenimiento de herramientas.
Observación en estático y en movimiento para diagnosticar necesidades.
Equilibrio y alineación pensando en la comodidad del casco.
Opciones adaptadas a disciplina, terreno y objetivo.
Planes periódicos para evitar lesiones y optimizar rendimiento.
Trabajo en finca o centro ecuestre con herramientas y orden.
Colaboración con propietarios y veterinarios cuando el caso lo requiere.
Porque combino experiencia práctica (casi 10 años en el mundo ecuestre) con una actitud joven, flexible y orientada al bienestar del caballo. Mi prioridad es que el animal se mueva con comodidad y que el propietario tenga confianza en el trabajo realizado.
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